Chávez en el Principio - Parte I

Sabaneta de Barinas: Un niño corría llorando por las calles, su respiración se hacía difícil debido al esfuerzo de su despavorida carrera, las lágrimas impedían una buena fluidez del aire. Cuando avistó la puerta de la casa de su abuela se sintió seguro; mas que los golpes recibidos con el vergajo de toro o con el rejo, le dolía la persona que lo había golpeado, su madre, quien sin misericordia cada vez que el niño hacía una travesura propia de su edad lo apaleaba sin piedad hasta quedar totalmente amoratado.

“Una madre no quiere el mal para su hijo, si te pegó es por que algo malo hiciste” replicó su abuela ante sus pedidos de asilo. Una vez mas ese niño se acostaría pensando “debo ser muy malo para que mi mamá me castigue así”, pensaría en qué pasaría si el muriera, en el dolor que causaría a su familia si se quitara la vida, o si como el conde de Montecristo-en su ignorancia de saber quien coño era ese señor- se fuera y cambiara de identidad y volviera fuerte y poderoso, claro como todo niño golpeado pensó que con ese poder ayudaría a su mamá y que así la complacería y ella lo querría, además qué era una pela si al día siguiente ya no se acordaría. Así pasaron los años, el niño jamás podría complacer a su madre y ya acostumbrado a la pela nuestra de cada día se dedicó a mentir y a manipular para tratar de escapar al inevitable castigo.

Que coño¡¡ que era una pela mas.

Pasaron los años y unas cuantas cuerizas después en el elegante salón sonó el teléfono directo del Dr Caldera, Comadre, se le oyó decir con un cariño fingido; era la esposa del Delegado Regional del Partido en Barinas, cómo no tratarla bien;. ¿ y el ahijado como se porta? Aja¡¡¡ ¿en la academia militar? Claro comadre usted manda y yo obedezco. Al colgar el teléfono Alicia le preguntó a su marido, ¿Cuál de tus ahijados está pidiendo qué ahora? Es la Señora aquella que en la campaña me obligó a bautizarle el niño, recuerdo que quería ponerle Rafael para halagarme pero le dije “Comadre y que va a decir el compadre de eso” así que le pusimos el nombre del papá y el mío de complemento. Y entonces Caldera ¿cómo se llama? Alicia; contestó sin darle importancia; no tengo ni idea.

Nace un Conde de Montecristo: Aquel Joven de mirada incrédula se encontraba en aquella plaza gigantesca, “Academia Militar de Venezuela” leyó. Esto, o la Iglesia, pero a las cuerizas no vuelvo.

Aeropuerto de Maiquetía: “Señor Presidente, tenemos noticias de un golpe de estado” dijo nervioso aquel General al recibir al presidente Pérez en el salón VIP, no se sabe si estaba nervioso por que podía ser descubierta su participación en el golpe, o por que los imbéciles soldados habían equivocado las órdenes y salido un día antes de los cuarteles, ¿Quién coño daría la Orden?

¿Quién sería el cabrón que develó el golpe por cagueta y atorado?

Un joven oficial recién bañado e impecablemente bien vestido con su uniforme en regla, con una leve sobre dosis de Carbagal y Enterovioformo fue exhibido inexplicablemente ante la Televisión “Por ahora” fueron sus palabras, Ni el Presidente Pérez había autorizado esa mierda, cómo se les ocurría hacer esa vaina.

Miraflores: Presidente Caldera lo espera la señora Elena y el Señor Hugo del Partido Social Cristiano COPEI de Barinas. Hágalos pasar, dijo el presidente con cierto tono de fastidio. Presidente¡¡¡ dijo Hugo de los Reyes, ¿que ha pasado con el indulto de su ahijado Hugo Rafael? Ya eso está andando compadre, tenga paciencia y vaya compadre, que pronto saldrá.

Agradecida la señora Elena beso las manos del Presidente Caldera, enjugó sus lágrimas en las mangas del saco del presidente quien simuló la cara de asco, ¿Qué se cree el sambo éste? Una vez que salió Hugo de los Reyes de la oficina presidencial, el Dr Caldera preguntó a su hijo y secretario privado ¿Quién es Hugo Rafael?. Papá el Teniente Coronel Güevon que se cagó cuando le tocaba intervenir en el golpe del 4 F y la cagueta lo hizo actuar cuando Perez no había llegado aún al país, y muchos oficiales quieren que pague esa torpeza. Pero por otra parte, Chávez está dispuesto a cantar y nos pondría al descubierto. ¿Por qué mejor no sueltas a ese pendejo de una vez? Total pasará el tiempo y nadie se acordará de él